viernes, 17 de enero de 2014

La Columna

Por Mauricio Martínez

Continúa creciendo la inseguridad en los municipios mexiquenses, al grado que como ya lo denunció la Asociación de Empresarios y Ciudadanos del Estado de México, Asecem, el secuestro se ha disparado en los últimos años: en 2012 se denunciaron 119 plagios y en 2013 se reportaron 176 casos.
 
Es necesario que las autoridades de los tres niveles de gobierno dediquen sus mayores esfuerzos a abatir la inseguridad, que limpien a las policías de la corrupción e infiltración del crimen organizado. Pero también ha llegado el tiempo que la sociedad civil se involucre en el tema.
 
Y no es que deba salir a las calles a combatir delincuentes, como se hace en Michoacán, no lo comparto. Hablo de participar activamente en prevenir los delitos, denunciarlos cuando somos testigo de ellos y evitar a toda costa cometerlos.
 
Es necesaria una intensa promoción de la cultura, la educación y la sana recreación familiar. Ha llegado el tiempo que las autoridades de los tres niveles de gobierno dejen de ver la inversión en educación como un botín político o en los propios docentes un ejercito de votos.
 
Los profesores y padres de familia son la pieza clave en la formación de las nuevas generaciones y es necesario que asuman su papel de formadores de ciudadanos.
 
Si la delincuencia se ha disparado es por la falta de empleo, oportunidades educativas y la pérdida de valores familiares y sociales como el respeto, la responsabilidad o la solidaridad. La inseguridad que hoy vivimos es asunto de todos, no sólo de las autoridades.
 
Ojalá los ciudadanos estemos a la altura de este difícil momento para el país. Ojalá los gobernantes quieran resolver el problema de la inseguridad, porque sino, en breve “el agua nos llegara a los aparejos a todos”.

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