- En 1982 el mandatario tuvo que lidiar con uno de los capítulos económicos más severos de México; con su mandato inició en el país el llamado liberalismo económico y el proceso de globalización.
CIUDAD DE MÉXICO. En su primer discurso a la nación como mandatario, en 1982, Miguel de la Madrid Hurtado anunció un plan de austeridad para sacar a México de una de las crisis económicas más severas en la historia del país.
El priista, quien falleció este domingo, declaró entonces que asumía la conducción de la República Mexicana en una situación de "emergencia" económica.
Además, con su mandato inició en México el llamado liberalismo económico y el proceso de globalización.
Sucesor de José López Portillo, De la Madrid Hurtado impulsó la conformación de un nuevo patrón de industrialización y especialización del comercio exterior que permitiera superar los errores del pasado con los excesos del proteccionismo.
Las características de ese patrón se plasmaron en el Programa Nacional de Fomento Industrial y Comercio Exterior (PRONACIFE) 1984-1988.
De la Madrid recibió de manos de López Portillo un país en recesión económica y una banca nacionalizada.
De acuerdo al Banco de México, la inflación promediaba el 100% anual, el empleo informal creció 20% entre 1983 y 1985, hubo caídas drásticas en materia de producción y disminuyó el poder adquisitivo.
Ante tal escenario, el presidente reorganizó el Plan Global de Desarrollo, bajo el cual se desarrolló la administración de López Portillo.
De la Madrid inició la apertura económica, la desregulación y descentralización, así como la privatización de empresas estatales, política que seguiría Carlos Salinas de Gortari.
Durante su gestión, el número de paraestatales pasó de 1,155 a 413.
Para hacer frente a la crisis económica se establecieron los Pactos de Crecimiento Económico con los cuales el Gobierno subsidió parte de los precios de los productos básicos y los productores/distribuidores se comprometieron a no aumentarlos.
En enero de 1986, tras tres años de negociaciones, México logró ser admitido en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés).
Con ello, el país se comprometió a eliminar los precios oficiales de referencia, a seguir la sustitución de los controles directos por aranceles y a reducir el arancel máximo a 50%.
Con Miguel de la Madrid se renegoció la deuda externa al aplicar un plan de austeridad en el gasto y se emprendió la campaña anticorrupción en cargos públicos.
Uno de los personajes encarcelados fue Jorge Díaz Serrano, el director de Pemex que fuera destituido por López Portillo en 1981 debido a discrepancias sobre la política de precios del petróleo.
Pese a los esfuerzos gubernamentales, en 1986 regresó el saldo deficitario en las cuentas corrientes, las reservas de divisas descendieron a un nivel peligroso, el peso entró en caída libre con respecto al dólar y el crecimiento para todo el año fue ampliamente negativo, del -3.8% del PIB.
El 5 de octubre de 1987 la Bolsa Mexicana de Valores "explotó" ante el incontrolado proceso de ventas al perder el 50% de su volumen de capitalización.
El hecho coincidió con el llamado "crack" de la Bolsa de Nueva York y sólo pudo ser detenido con la entrada en las operaciones de compra de Nacional Financiera.
El 18 de noviembre de ese año, el Gobierno federal dispuso una devaluación del peso del 55% y el tipo de cambio intervenido se fijó en las 2.278 unidades por dólar, haciéndolo coincidir con el tipo de cambio libre.
De enero a diciembre de 1987, la moneda mexicana perdió el 192% de su valor tras sucesivas depreciaciones y la inflación para los 12 meses registró una tasa del 160%.
El 15 de diciembre de 1987 De la Madrid suscribió el Pacto de Solidaridad Económica (PSE) para consensuar las medidas de contingencia antiinflacionaria y repartir cargas de responsabilidad, pero el sindicalismo independiente optó por las movilizaciones para protestar.
Con De la Madrid se cerró una política económica, pues el mandatario, a diferencia de sus predecesores, renunció a incrementar el presupuesto federal como fórmula para contener las presiones sociales.
Después de terminar su periodo presidencial, Miguel de la Madrid asumió la dirección del Fondo de Cultura Económica en 1990. (CNNExpansion).
CIUDAD DE MÉXICO. En su primer discurso a la nación como mandatario, en 1982, Miguel de la Madrid Hurtado anunció un plan de austeridad para sacar a México de una de las crisis económicas más severas en la historia del país.
El priista, quien falleció este domingo, declaró entonces que asumía la conducción de la República Mexicana en una situación de "emergencia" económica.
Además, con su mandato inició en México el llamado liberalismo económico y el proceso de globalización.
Sucesor de José López Portillo, De la Madrid Hurtado impulsó la conformación de un nuevo patrón de industrialización y especialización del comercio exterior que permitiera superar los errores del pasado con los excesos del proteccionismo.
Las características de ese patrón se plasmaron en el Programa Nacional de Fomento Industrial y Comercio Exterior (PRONACIFE) 1984-1988.
De la Madrid recibió de manos de López Portillo un país en recesión económica y una banca nacionalizada.
De acuerdo al Banco de México, la inflación promediaba el 100% anual, el empleo informal creció 20% entre 1983 y 1985, hubo caídas drásticas en materia de producción y disminuyó el poder adquisitivo.
Ante tal escenario, el presidente reorganizó el Plan Global de Desarrollo, bajo el cual se desarrolló la administración de López Portillo.
De la Madrid inició la apertura económica, la desregulación y descentralización, así como la privatización de empresas estatales, política que seguiría Carlos Salinas de Gortari.
Durante su gestión, el número de paraestatales pasó de 1,155 a 413.
Para hacer frente a la crisis económica se establecieron los Pactos de Crecimiento Económico con los cuales el Gobierno subsidió parte de los precios de los productos básicos y los productores/distribuidores se comprometieron a no aumentarlos.
En enero de 1986, tras tres años de negociaciones, México logró ser admitido en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés).
Con ello, el país se comprometió a eliminar los precios oficiales de referencia, a seguir la sustitución de los controles directos por aranceles y a reducir el arancel máximo a 50%.
Con Miguel de la Madrid se renegoció la deuda externa al aplicar un plan de austeridad en el gasto y se emprendió la campaña anticorrupción en cargos públicos.
Uno de los personajes encarcelados fue Jorge Díaz Serrano, el director de Pemex que fuera destituido por López Portillo en 1981 debido a discrepancias sobre la política de precios del petróleo.
Pese a los esfuerzos gubernamentales, en 1986 regresó el saldo deficitario en las cuentas corrientes, las reservas de divisas descendieron a un nivel peligroso, el peso entró en caída libre con respecto al dólar y el crecimiento para todo el año fue ampliamente negativo, del -3.8% del PIB.
El 5 de octubre de 1987 la Bolsa Mexicana de Valores "explotó" ante el incontrolado proceso de ventas al perder el 50% de su volumen de capitalización.
El hecho coincidió con el llamado "crack" de la Bolsa de Nueva York y sólo pudo ser detenido con la entrada en las operaciones de compra de Nacional Financiera.
El 18 de noviembre de ese año, el Gobierno federal dispuso una devaluación del peso del 55% y el tipo de cambio intervenido se fijó en las 2.278 unidades por dólar, haciéndolo coincidir con el tipo de cambio libre.
De enero a diciembre de 1987, la moneda mexicana perdió el 192% de su valor tras sucesivas depreciaciones y la inflación para los 12 meses registró una tasa del 160%.
El 15 de diciembre de 1987 De la Madrid suscribió el Pacto de Solidaridad Económica (PSE) para consensuar las medidas de contingencia antiinflacionaria y repartir cargas de responsabilidad, pero el sindicalismo independiente optó por las movilizaciones para protestar.
Con De la Madrid se cerró una política económica, pues el mandatario, a diferencia de sus predecesores, renunció a incrementar el presupuesto federal como fórmula para contener las presiones sociales.
Después de terminar su periodo presidencial, Miguel de la Madrid asumió la dirección del Fondo de Cultura Económica en 1990. (CNNExpansion).
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