Por Celso Domínguez Cura
ATIZAPÁN, Méx.- Me parece que nadie puede estar en
contra de las actividades y la promoción de la cultura.
La cultura es como lo ha dicho el cantante León
Gieco "La sonrisa de la vida".
La cultura puede
ayudarnos a entender nuestra vida, nuestra
circunstancia y también, nos impulsa a transformarla.
El problema es que una golondrina no hace verano,
por tal razón, vuelvo a hacer las mismas preguntas de
hace un año ¿y después de la fiesta qué? ¿hay, existe
algún diseño?
¿Cuál es la arquitectura del Festival de las Artes
Luminaria? ¿Quién lo organiza? ¿Quiénes son los
promotores culturales? ¿Qué elementos teóricos
acerca de la cultura manejan?
Por otro lado, sólo si realmente se apoya la cultura,
sobre todo la cultura popular, fuera de todo control,
impulsándola también como una obligación y
como política de Estado, y sin esperar rentabilidad
política, entonces la gente, los ciudadanos, sabrán
distinguir entre si es o no correcta la oferta cultural
del ayuntamiento, así como la organización de cada
festival.
En concreto, me parece que la cultura es un ejercicio
y una actividad cotidiana, pero que se debe impulsar
sin concesiones y sin demagogia como parte
fundamental de la agenda política del ayuntamiento,
pero hace falta que participen los ciudadanos, ya que
se presume que estamos ante un gobierno ciudadano.
Por todo lo anterior, propongo que se forme un
Consejo Ciudadano para la promoción, organización y
fiscalización del Festival Luminaria.
Mientras eso ocurre vayamos a los eventos,
disfrutemos de lo que ya hay...
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