•Datos del INEGI indican que el 63 por ciento de las mujeres sufren algún tipo de violencia y el 47 por ciento es por la pareja.
Por @IsaiiMorales
VALLE DE MÉXICO.- El 14 de febrero es un día conocido en todo el mundo como el día de los enamorados, día del amor y la amistad o día de San Valentín.
Y es que en este peculiar día, se ve a muchos hombres y mujeres cargar un ramo de rosas o un globo gigante con alguna frase de amor para su amante (en el buen sentido de la palabra).
Es un día en el que el color predominante es el rojo y el amor se respira en el aire, día en el que la amistad se siente incondicional y los hoteles están a reventar, día en el que ves a Cupido por todos lados y una forma de corazón invade cada lugar.
Pero, ¿qué pasa los otros 364 días del año? ¿En verdad se siente el amor y el cariño que profesamos ese día, en realidad todo es color de rosa y podemos decir que existe la confianza, la comprensión, la amabilidad y la comunicación entre las parejas?
Pues lamentablemente, no. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indica que el 63 por ciento de las mujeres sufren algún tipo de violencia y el 47 por ciento es por la pareja, además, 3 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años han sido víctimas de algún tipo de violencia en el noviazgo: el 76 por ciento sufren violencia psicológica, 15 por ciento física y dos terceras partes han sido forzadas a tener relaciones sexuales.
Elsa Gorostieta Flores, egresada de Psicología por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, y catedrática de psicología en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FES Acatlán), informa que tanto el hombre o la mujer pueden ejercer algún tipo de violencia sobre su pareja, y que ésta siempre irá en aumento. Uno de los primeros indicios de violencia entre las parejas es el control, donde el ejecutor controla horarios, quiere saber dónde se encuentra su pareja, controla amistades y formas de vestir, además de que con los celos se empieza a ejercer un mayor control.
Violencia en la comunidad universitaria.
La máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no ha sido ajena a este problema, una investigación realizada por la maestra en Estudios Latinoamericanos y doctora en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Alma Rosa Sánchez Olvera y la doctora María de Jesús Solís Solís, indica en el la FES Acatlán el 26 por ciento de los varones considera haber vivido violencia en sus relaciones afectivas frente al 35 por ciento de las mujeres.
Además, el 30 por ciento declaró que a causa de problemas con el novio/a ha tenido alguna de las siguientes alteraciones: pérdida de peso, pérdida de sueño, malas calificaciones, abandono de la escuela, alejamiento de los amigos.
Del mismo modo, la comunidad estudiantil afirma que la telefonía celular se ha constituido en el medio para “saber del otro/a”: más del 30 por ciento dijo usar este medio para saber (controlar) dónde está o qué hace el otro/a.
Por otro lado, Sánchez Olvera y Solís Solís informan que la violencia es una práctica que se aprende y reproduce.
El problema radica en el imaginario, pues allí aparece como una práctica normal y naturalizada.
La violencia presente en las relaciones afectivas de noviazgo que estrechan los estudiantes no debe entenderse como una situación que de pronto acontece, consecuencia de enojos, celos y/o rivalidades entre los novios, sino que se encuentra estrechamente relacionada con la historia de vida de los estudiantes.
Además, la violencia en el noviazgo es una práctica que se aprende, construye, reproduce y se encuentra imbricada en la historia de vida de las y los universitarios que la experimentan.
¿En todas las parejas existe algún grado de violencia?
La psicóloga Elsa Gorostieta Flores, aclara que en todas las parejas siempre hay un nivel jerárquico, constantemente hay algún miembro de la pareja que controle un poco más, pero si es consensuado y se asume con acuerdos, la relación puede manejarse con libertad.
La violencia se previene con información.
La clave para no generar violencia entre las parejas está en que la persona violentada aprenda a detectarlo, aunado a una comunicación asertiva, donde exponga su malestar ante tal situación y que la persona que ejerce violencia se dé cuenta que está lastimando a su pareja, y si realmente le importa, cambiar ese comportamiento.
La violencia en el noviazgo se pude prevenir con información. Actualmente hay muchos lugares donde se advierte sobre estos comportamientos, además de crear una conciencia desde la infancia, e informas a los niños qué es la violencia y cómo defenderse frente a cualquier situación de violencia.
Finamente, la violencia de pareja es un problemática social que influye en otras cuestiones, como la delincuencia, los suicidios, los feminicidios, los divorcios, el maltrato familiar.
Si no revertimos la violencia en el noviazgo, aumentarán los problemas; en una sociedad violenta que sonríe y ama los 14 de febrero, pero el resto del año golpea, humilla y asesina, no sólo al amor, sino también vidas.
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